lunes, 27 de febrero de 2012

Las pruebas más sólidas de daño apuntan a las sustancias contaminantes llamadas materia particulada fina, que se libera al aire cuando se queman maderas o combustibles fósiles. De modo que los gases de escape de los automóviles, la calefacción de los hogares y las fuentes industriales, como las plantas de energía, favorecen la contaminación.

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